Hola Olivos, adiós a la fauna y flora!

Olive Grove

EL OLIVAR. ¿EL OCASO DEL CAMPO ANDALUZ? Desde niño, mi entusiasmo, curiosidad y amor por la naturaleza se fueron forjando a orillas del Guadalquivir, a su paso por la provincia de Jaén. En este sentido, puedo decir que fui un niño privilegiado ya que pasé mi niñez en plena naturaleza.

En los años 50 el río fue represado con tres embalses, que hoy forman el Paraje Natural Alto Guadalquivir. Este espacio, de una extensión de 830 hectáreas, declarado en 1989, es uno de los pocos humedales que existen en la provincia. Cuenta (o más bien contaba) con una importante comunidad de aves, más de 120 especies, de las cuales aproximadamente la mitad eran aves ligadas al medio acuático, lo que le valió la declaración de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC).

Por entonces, en los años 80, había una importante población de calamón, aguilucho lagunero, y especies vulnerables y protegidas, como la garza imperial o la singular malvasía cabeciblanca. Era un lugar de cría y de invernada de muchas especies de patos y limícolas.

Bien, hoy en día, 30 años después de la protección de este espacio, se encuentra en un estado lamentable, y se ha transformado totalmente el hábitat, perdiéndose más de la mitad de las especies de aves que habitaban esta zona.

¿Cómo se ha llegado a esto? Pues es la consecuencia de un manejo nada respetuoso de la tierra y de unas prácticas agrícolas totalmente devastadoras.

Evolución del estado de la Laguna de la Herradura en el Paraje natural Alto Guadalquivir. Desde 2007 hasta 2020

El olivar, fue ganando terreno y hoy en día, solo en la provincia de Jaén  tenemos más de 66 millones ya, y sigue sumando. Y esto  podemos extenderlo a otras provincias andaluzas, por supuesto, no es un problema de Jaén, esto es solo un ejemplo.

El monocultivo del olivar y su manejo, ha provocado que tengamos los campos mudos del sonido de insectos y de cantos de pájaros, olivares atiborrados a glifosato y otros herbicidas e insecticidas, saturados de nutrientes y con un nivel de erosión del suelo brutal. Hace años se perdía más de 1Tonelada de tierra fértil por hectárea y por año, ahora esta cifra con seguridad se queda corta.

Envases de herbicidas apilados en la pared de un cortijo después de su uso.

Todos esos nutrientes, herbicidas y demás productos acaban en el Guadalquivir junto con la tierra arrastrada de estos olivares ya que no tiene ni una brizna de hierba el suelo.

No es posible valorar el altísimo coste medioambiental que tiene la producción de aceite de oliva al menos en la provincia de Jaén.

El resultado: erosión, desertización, eutrofización y contaminación de aguas de superficie y subterráneas.

Aún así, desde la administración se está promoviendo la declaración de Patrimonio de la Humanidad para el olivar andaluz,  “El bosque de olivos”. El olivar, el “bosque” más extenso de Andalucía. El aceite de oliva, el oro de Jaén.

Pero, a alguien le parece que esto es un bosque? Más bien esto es un “desierto verde”.

Así tenemos el río Guadalquivir, colmatado y contaminado desde Jaén a Sanlúcar.

En las fotos que ilustran este artículo (una imagen vale más que mil palabras) se puede ver un ejemplo de lo que es cualquier olivar, en cualquier lugar del valle del Guadalquivir en Jaén, como digo, por poner un ejemplo, porque el problema es a escala regional o nacional.

Olive Grove

Cientos de olivos sobre un suelo sin cubierta vegetal.

Se puede apreciar como blanquea el suelo desnudo, bajo cientos de olivos.

Las cárcavas y barrancos que se horadan más y más debido a esa falta de cubierta vegetal, en donde se pueden ver incluso las raíces de los propios olivos que han quedado expuestas al caer parte del talud.

Arrastre del suelo con la lluvia, erosión y pérdida de suelo fértil.

El laboreo y el uso patente de herbicidas en olivares con cierta pendiente (no se recomienda en pendientes de 15% en adelante) es también algo normalizado.

Olivar en pendiente sin cubierta vegetal.

Bien, existen numerosos manuales y guías editados por asociaciones agrícolas, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente e incluso de la CEE, donde se dan unas pautas de “buenas prácticas agrarias para el cultivo del olivo”. Y la verdad es que están muy bien, pienso que de llevarse a cabo, contribuirían notablemente a una reducción del coste medio ambiental de este cultivo.

Pero… alguien se imagina a tan siquiera uno solo de estos agricultores olivareros sentado en el sillón de su casa leyendo este tipo de manuales? Yo no.

Como digo, son unas pautas con muy buen criterio, si no fuera porque TODAS, absolutamente todas y en todos los manuales son R E C O M E N D A C I O N E S.

Solo por dar una cifra y poner al lector en situación. En Jaén hay 570 mil hectáreas de olivar. 10 mil son de ecológico, osea algo más del 1,5 % de la producción.

En Úbeda, mi ciudad, con 34 mil habitantes, hay unos 8 almacenes de productos fitosanitarios en los que no paran de descargar palets con esos productos.

Este escenario, se puede comprobar, solo hay que salir, simplemente caminando, ya que se puede ver en las mismas afueras del pueblo y darse de frente con la realidad del olivar.

Ahora, multiplicad esto por toda Andalucía.

Esto no es algo que me parece a mi o que exagero, es un choque frontal con la realidad.

Cualquiera que no lleve una “venda”en los ojos lo puede ver.

Lo que ocurre es que en este país estamos muy acostumbrados a negociar realidades.

Algo que es un contrasentido no?

O va a ser este también un caso como el del traje del emperador?

Todo este relato, son solo unas cuantas reflexiones nada más, sobre este atentado a lo silvestre de proporciones bíblicas aunque no lo parezca.

Sirva para poner al lector en situación y ver que no es oro todo lo que reluce, y que detrás de una imagen quizá hasta poética de campos con miles de olivos, hay una destrucción del medio ambiente a muchos niveles, que ha alcanzado unas enormes proporciones.

Y aún se augura peor, pues la tendencia ahora es la desaparición del olivar tradicional para dar paso al olivar intensivo o superintensivo.

Viviremos para ver un cambio en la política agraria? En el manejo y tratamiento del olivar?

Yo apuesto por un ¡Vamos a intentar el Rewilding de los olivares!

Quizá sea hora de no quedarnos lamentando esta situación y movilizarnos. Ahí lo dejo

Termino con una foto de una placa de cerámica con una frase de Cicerón sobre la agricultura, que encontré colocada en la pared de un cortijo hace años.

Me pregunto qué pensaría Cicerón a día de hoy sobre la agricultura.

Autor: José Luis Sánchez Balsera
Fotos: José Luis Sánchez Balsera

Nota: Las opiniones expresadas en los artículos pertenecen a los autores y no son necesariamente las de la Sociedad.

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